El problema de las heladas para la alcachofa
La alcachofa requiere de mimo, cuidados y agua en su cultivo para lograr una producción óptima que pueda satisfacer a los distribuidores y a los consumidores. Pero a lo largo de la campaña se dan en España una serie de situaciones a nivel meteorológico que perjudican su crecimiento continuado de manera puntual. Una de ellas es la temida sequía. Otra, las heladas, que suponen un riesgo para la integridad de la verdura en cuanto a su textura y calidad.
Según indica Antonio Galindo, presidente de Alcachofa de España, existen dos tipos de heladas. Una de ellas es la seca, la más perjudicial, que se percibe cuando hace mucho frío (0º) por la mañana, no llueve, no hay capa de rocío sobre las alcachofas, pero se ennegrecen por dentro en varias horas.
La otra es la húmeda, que afecta mucho menos a la calidad del producto, porque sí hay rocío y esa agua se congela a -2º y no llega a oscurecer el interior. Sí que pierde una parte de su función organoléptica y la verdura no se ve tan bonita por fuera, aunque sigue siendo igual de buena y saludable. En Estados Unidos las empresas supieron aprovechar este contratiempo estético para indicar que estas alcachofas habían recibido el ‘beso del invierno’ (¡mira que saben de marketing!).
Las zonas españolas que más se ven afectadas por las heladas suelen ser Vega Baja y Murcia, como ha sucedido en los pasados meses, pero ambas áreas levantinas han sabido sobreponerse a la problemática y sacar adelante su producción de alcachofas, cuyo relevo toma ahora Tudela, ya que su temperatura todavía no es tan alta como comienza a ser en el sudeste del país.
Esperemos que no haya heladas de la gravedad de las pasadas para que, con el comienzo estos días de la plantación y recogida del segundo colmo de alcachofas, podamos seguir disfrutando de una hortaliza rica, saludable y de buena calidad.