Contra el empacho navideño, infusión de alcachofa
Con la llegada de la Navidad, arranca una maratón de comidas y cenas con familiares y amigos en las que se abusa de la ingesta de alimentos hipercalóricos. Platos y más platos y sobremesas largas de conversación acompañada de dulces de todos los tipos y sabores que acaban por someter al estómago y al hígado a exigentes test de resistencia. Son fechas en las que, además, las básculas se resienten porque resulta difícil no ganar kilos.
Para combatir esos empachos y el sobrepeso que se pueda acumular nada mejor que una infusión de alcachofa, una planta que tiene entre sus múltiples propiedades la de ser un protector natural del hígado y la vesícula y favorecer la eliminación de líquidos. Por su contenido en cinarina y ácido clorogénico, la alcachofa incentiva la secreción biliar y, por tanto, activa el movimiento intestinal. Su carácter diurético ayuda a eliminar toxinas y previene infecciones urinarias y cálculos en el riñón y con su actividad depurativa combate el sobrepeso que va acompañado de la retención de líquidos.
La infusión es una buena forma fácil y rápida de aprovechar todas las características de la alcachofa de cara a combatir la pesadez de estómago en estas fechas, pero, especialmente para adquirir un hábito alimenticio que nos puede ayudar a mejorar nuestra salud con un producto que nos va a servir como medicina contra el colesterol, para regular los niveles de azúcar en sangre y frenar los síntomas de la diabetes.
Para preparar el caldo de alcachofa hay que adquirir las hojas secas en una herboristería o establecimiento de parafarmacia o secarlas nosotros mismos. Si optamos por la solución casera, debemos asegurarnos de que están suficientemente deshidratadas. Es mejor medir el agua que consideremos necesaria en función de las personas que seamos tapando el recipiente para evitar que se evapore. En el caso de utilizar el microondas, directamente podemos utilizar los vaso o las taza o un recipiente compatible con el microondas para calentar el agua.
A continuación echaremos dos o tres cucharadas de hoja seca de alcachofa por cada taza. Hay que tapar la taza y dejarla reposar durante unos cinco minutos para que el agua vaya tomando las esencias de la planta. Pasado este tiempo, ya podemos disfrutar la infusión bien caliente. No debemos olvidar, con todo, que se trata de un caldo con sabor un poco amargo, en especial para las personas que no estén familiarizadas con este tipo de infusión. Por ello, se puede endulzar, por ejemplo, con miel.
Cualquier momento del día es bueno para tomarse una infusión de alcachofa. Abusar de este hábito es una forma muy original de cuidar la salud y el aspecto. Tanto por dentro como por fuera. Ah, y es una buena forma de evitar que la presión arterial se dispare, además de la presión que se experimenta cuando no te puedes resistir a los manjares ni a los compromisos navideños, pero no quieres sacrificar tu salud.