El origen árabe de la alcachofa
La palabra “alcachofa”, de enorme sonoridad en el castellano, tiene un origen etimológico interesante, ya que en realidad es la traslación a nuestro idioma de la construcción ‘Palo de espinas’, traducción directa del árabe “al-kharshûf”. “Alcachofa” es tan solo una adaptación de esa palabra, y remite a una verdura nacida en el norte de África y muy presente en los países bañados por el Mediterráneo.
Pero, ¿cuál es su origen concreto? El rastro de esta verdura se diluye en mitos y leyendas, dado que una de las historias que cuenta la mitología griega es la de Zeus –padre de los dioses y los hombres–, que se enamora de Cynara (alcachofa en griego) y la convierte en una diosa del monte del Olimpo para luego convertirla en la primera alcachofa y castigarla por su deslealtad.
Fuera de la mitología, se dice que la alcachofa realmente hunde sus raíces en las zonas del noreste de África, y que luego pasó a manos de griegos y romanos, que se entregaron a ella por sus excelentes propiedades nutricionales y medicinales.
Después, diversas fuentes aseguran que la alcachofera no se conocía durante la Edad Media, y se piensa que en esta época, a partir del cultivo intenso de los cardos, los horticultores fueron transformando su producto en alcachofa.
Cabe reseñar, asimismo, que la alcachofa fue uno de los alimentos favoritos de Catalina de Medici, responsable de introducirla en Francia, y también del conocido como Rey Sol –Luis XIV de Francia–. Luego, los españoles y los franceses llevaron este alimento a América en sus viajes al continente inexplorado, un alimento que incluso hoy se sigue cultivando en las zonas de clima templado como California.
Actualmente, la alcachofa se cultiva principalmente en Italia, Francia, Egipto y Perú. Dentro de nuestras fronteras se producen más de 221.000 toneladas de alcachofa al año –supone un 25% de la producción europea– principalmente en la Región de Murcia y en toda la Comunidad Valenciana, pero también es posible en Madrid, Cataluña, La Rioja, Andalucía y Navarra.