Los beneficios de la alcachofa para el hígado
Según la Organización Mundial de la Salud la hepatitis es una inflamación del hígado que puede remitir espontáneamente o evolucionar hacia una fibrosis (cicatrización), una cirrosis o un cáncer de hígado. Los virus de la hepatitis son la causa más frecuente de las hepatitis, que también pueden deberse a otras infecciones, sustancias tóxicas (por ejemplo, el alcohol o drogas) o enfermedades autoinmunitarias.
La hepatitis viral – un grupo de enfermedades infecciosas que comprende las hepatitis A, B, C, D y E – afecta a millones de personas en todo el mundo. Provoca hepatopatías agudas y crónicas y causa la muerte de cerca de 1,4 millones de personas cada año.
¿Cuáles son los síntomas? La infección aguda puede acompañarse de pocos síntomas o de ninguno; también puede producir manifestaciones como la ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, fatiga intensa, náuseas, vómitos y dolor abdominal.
¿Puede la alcachofa ayudar a la prevención o en el tratamiento de la hepatitis? La alcachofa es rica en fibras, evita la absorción de grasas y azúcares y se recomienda muchísimo para los problemas de hígado. Además de incluirla en la alimentación habitual, se dice que la ingestión del agua en el que se cuece la alcachofa a modo de infusión también influye positivamente.
La infusión de alcachofa se prepara fácilmente. Hierve en un cazo el equivalente a una taza de agua y cuando entre en ebullición, añade unas cuantas hojas de alcachofa y diente de león. Mantén hirviendo durante tres minutos. Luego apaga el fuego y deja en reposo otros tres. Tras colarlo ya se puede ingerir.
¿Y si esa infusión la tomamos fría y afrontamos el próximo verano con un sorbo de té de alcachofa? Sería una buena manera de fomentar el cuidado de nuestro hígado.