Combinación perfecta de la alcachofa
A la hora de incorporar la alcachofa en nuestros platos puede que tengamos dudas sobre cuál sería la mejor combinación. Quizás el sabor metálico de esta verdura nos lleve a preguntarnos si aumentará al acompañarla de berenjena o de zanahoria.
Para conseguir que el menú agrade tanto en el paladar como en el estómago, también es necesario tener en cuenta si hay presencia de hidratos de carbono, de proteína o de legumbre. Asimismo no hay que olvidar cómo deseamos cocinar la alcachofa, pues si es hervida, horneada o salteada, por ejemplo, será clave para decidir cómo configuramos el plato completo.
Una buena opción siempre es la verdura dulce, como el calabacín o la berenjena, que atenúa la potencia de las alcachofas y aporta amabilidad en la textura. Si el objetivo es rebajar la presencia de la alcachofa en nuestro paladar, nada mejor que un poco de miel para agradar a los más reticentes.
Para buscar una sorpresa exquisita se puede acudir al queso como proteína y acompañante de las alcachofas, ya sea en el horno con gorgonzola o feta en ensalada con nuestra verdura preferida salteada. Por supuesto la variedad mediterránea de proteína baila a la perfección con la alcachofa, así que recordamos el jamón o el salmón. A nuestra disposición existen infinidad de posibilidades.
Los amantes de las parrilladas también tienen en la alcachofa a una estupenda amiga. Junto con cebolla, tomate o calabacín, el sabor tostado gusta y sorprende.
Sea como sea el acompañamiento, la variedad arbequina de aceite de oliva es la mejor opción para elaborar cualquier receta con alcachofas porque equilibra sabores y aporta un matiz dulzón.